Vagabundeando por la web y mientras escribo mi nuevo libro, me puse a escribir el apartado necesario donde cuento lo que sucede con las mujeres cuando van a ser madres... varian su anatomia, se vuelven recipientes de un ser que empieza a crecer bebiendoselas sorbo a sorbo, aumentan de tamaño, se vuelven lentas y pesadas, dejan sus formas que las hicieron sensuales y atractivas cambiandolas por otro tipo de belleza que no todos los ojos ven, incluso muchas veces los propios no valoran... deforman sus cuerpos y culminan el trabajo pariendo con dolor al producto de la gesta prolongada que, luego, seguira bebiendoselas a sorbos continuos cotidianos y necesarios, siguiendo el ciclo del sacrificio de su genero en la especie...

Mientras, los machos seguimos nuestro caminar sin variar nuestros habitos ni requerimientos, sin cambiar nuestras formas, nuestros cuerpos, con energia para seguir copulando aunque nuestras hembras asi no lo deseen o no puedan, creados exclusivamente para la cohabitacion sin limites, esgrimiendo un cuerpo que aporto una semilla y nada mas, ni siquiera energia para el proceso de gestacion...

Sin embargo... benditas sean las mujeres que tienen el privilegio de llevar en su seno la vida, de sentir como crece y como evoluciona, de verla moverse, de realmente sentirla como parte de si misma, de unirse indisolublemente a ese producto vivo que, aunque se separe fisicamente de ella, siempre tendra la impronta de ese primer hogar que sacrifico sus formas, sus ansias femeninas, su tiempo de esplendor, en pos del amor unico de ser madre...