Vagabundeando por la web se me ocurrio que uno es feliz esclavo de sus buenos habitos y de sus costumbres mas queridas. Por ejemplo, despertar con tu hijo al lado, observarlo dormir sin pensar que en poco tiempo ya no va a querer hacerlo mas ni cerca tuyo, saber de un dia promisorio en su compañia y tirarte a chapotear con el, es mas que una bendicion...
Indudablemente hay rutinas que son deliciosas...
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