Cuando el corazon se me quedo alla, a orillas del Plata, se me acabo el rodar por el mundo. En los brazos de la oriunda de mis pagos se me perdio el alma, se fragmento un trozo mas del desangrado musculo que bombea amor sin sentido y sin condena, condenado eternamente al sentido sin sentir de perseguir la quimera de su pelo entre mis dedos, de ilusionarme que la volvere a ver apenas salga el sol sobre el Plata...

Veladamente sueno con su presencia despertando en una gris manana primaveral a orillas del Riachuelo, madereando Madero tomada de mi mano y canturreando por lo bajo canciones sin pensar...

Y asi se me va la vida... ella alla, yo aqui... Navidad pasa y no la veo, se me fue, se va, se ira...

...aunque aun recuerdo el momento en que el corazon se me quedo alla...

La miel se me escurrio de los labios, fugaz instante de pose en los tuyos, como abeja al panal, como simiente y semilla...

Germinando amaneceres, tu boca en la mia, dulzura plena, fugaz momento, estampilla en el sobre de mi silencio, corazon latiendo a mil, temblor de voz callada por tu beso... fugaz...

Estrella fugaz que va, se pierde, no esta mas.... atomo simiente que si miente al decir que fue mia en fraccion de segundo de regalo... tus labios en los mios como dicha encadenada, como encadenada te queria poseer en ese momento...

Y despues se fue la luz, la luz se fue, se iba sin venir, sin luz de luz la luz de tu luz en mi boca... miel de tus labios en mis labios, la vio usted pasar por aqui...

Y se fue, ida sin venida, sin vuelta, sin devuelta, sin vuelto el devuelto, se fue simplemente por el azar y el azahar me perfumo la amargura de recordar la miel de tu boca en la mia... que ya no fue al instante en que me besaste en un suspiro... y se acabo...

La miel sigue aqui... quedo en mis labios aunque los busque lavar con otras mieles, solo una es nectar del mejor panal de amor...

El sol me recuerda a tu piel, calida y permanente, humedeciendo de sudor mis mejores ganas de tenerte. Me reverbera en la epidermis la relacion luctuosa de tus ganas esperando mis ansias truncandose en la extrema catarata de distancias que nos separan en esta decembrina manana que trasunta en ahogados gemidos acallados por el rumor de la ciudad, de tu ciudad y de la mia...

Ni sol ni nubes me daran la humedad de tu piel en la mia. Ni entronizantes gritos del recuerdo como los que me emitias bajo la piel de mi impetu hace dos meses, ni el ensueno de amanecer con la llovizna en el rostro me pegaran el recuerdo del rio a tus pies y el puente en tus ojos, la ciudad en oropeles de espanto que tronaban a tus espaldas en motores de taxis y colectivos grises y asustaban en mis cielos de pueblerina costumbre, asombrado por tu piel en mi piel.

Que sol quemante el de hoy... como tu piel en la mia aquella vez...